Dorados de Chihuahua

Cada temporada de la Liga Estatal de Béisbol de Chihuahua, los Dorados emergen como protagonistas de una historia escrita en diamantes de tierra y pasto.

Los 15 campeonatos estatales que los Dorados han cosechado desde 1936 no son solo trofeos en una vitrina; son los capítulos de una epopeya beisbolera que ha inflamado el orgullo de todo Chihuahua.

La grandeza de este equipo reside en su capacidad de convertir cada partido en una narrativa de esfuerzo, persistencia y, sobre todo, conexión comunitaria.

El Estadio Monumental Chihuahua se transforma en la arena donde los guerreros dorados defienden su legado, bate en mano, guante al viento.

Aquí, los aficionados son testigos de la destreza atlética y estratégica de los jugadores que engrandecen el nombre de Chihuahua cada vez que pisan el terreno de juego.

Construido en 2004, el estadio es una joya moderna. Se le considera uno de los recintos más avanzados y atractivos para el béisbol en México.

Además de su infraestructura de vanguardia, el estadio ofrece un ambiente único para los fanáticos y los jugadores, con características como un estacionamiento de 3,850 cajones y dos lagos artificiales visibles desde las gradas.

Los Dorados no solo encarnan la pasión por un deporte; simbolizan la resiliencia de una tierra y su gente.

Las nuevas generaciones se inspiran en los valores que el equipo representa: trabajo en equipo, disciplina y, sobre todo, la alegría del juego limpio.

Los Dorados de Chihuahua son, y siempre serán, el corazón palpitante del béisbol estatal.